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Con el título, “Por una ecología integral“. La Iglesia celebra esta Jornada, instituida por el papa Francisco en 2015, el viernes 1 de septiembre.

Por una ecología integral

MENSAJE ANTE LA JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN
POR EL CUIDADO DE LA CREACIÓN

 (1 de septiembre de 2017)

El pasado 24 de mayo se cumplían los dos años de la publicación de la encíclica “Laudato si” del papa Francisco sobre “el cuidado de la casa común”. En la misma, el Santo Padre aborda los principales problemas sobre la relación del ser humano con sus semejantes y con la naturaleza. Para hacer frente a la degradación del ambiente, al agotamiento de las reservas naturales y a los perniciosos efectos de la contaminación ambiental es necesaria una respuesta decidida y urgente de creyentes y no creyentes.

Entre otras cosas, el Papa nos invita a todos los hombres y mujeres del mundo a practicar una “ecología integral”, asumiendo las responsabilidades personales y comunitarias en el progresivo deterioro del medio ambiente durante los últimos años. Todos hemos de tomar conciencia de que el gran crecimiento tecnológico de las últimas décadas no ha estado acompañado de un desarrollo del ser humano en responsabilidad, valores y conciencia.

 

Como consecuencia de una libertad mal entendida,

…de la búsqueda ciega del egoísmo y de las necesidades inmediatas, el hombre de hoy está “desnudo y expuesto a su propio poder, que sigue creciendo, sin tener los elementos para controlarlo. Puede disponer de mecanismos superficiales, pero podemos sostener que le falta la ética sólida, una cultura y una espiritualidad que realmente lo limiten y lo contengan en una lúcida abnegación”[1].

El ser humano, creado a imagen y semejanza de Dios, recibió del Creador el encargo de dar nombre a las demás criaturas y de cuidar la creación, pero sin olvidar que él no es Dios y, por tanto, no puede pretender ocupar el lugar que sólo a Dios le pertenece. Por ello, ha de actuar en todo momento desde una actitud de humildad, escuchando a Dios y poniéndose al servicio de los demás y de la misma creación.

Cuando el cosmos y la naturaleza son contemplados sin referencia a Dios y sin tener en cuenta las necesidades de los hermanos, pueden llegar a concebirse como un depósito, del que se pueden extraer sus riquezas de acuerdo con los egoísmos desmedidos de los individuos de cada continente. Ante estos abusos, la creación protesta a través de fenómenos naturales extraordinarios y por medio de los desastres ecológicos. Estas manifestaciones violentas de la naturaleza nos están indicando que es necesario respetar la creación y no manipularla.

 

Fuente:CONFERENCIAEPISCOPAL.ES