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La Fundación Summa Hu­manitate colabora con el padre Manuel Abel para mejorar la calidad de vida de los habitantes de Kandumbu a través de distintos proyectos de educación y salud.

Don Manuel Abel Dos Santos es sacerdote de la Iglesia Católica en Angola. Desde hace casi 24 años es el párroco de San Esteban de Kandumbu, un barrio de la periferia de Benguela. Esperamos que algún día el barrio deje de llamarse “lixeira”, que en portugués significa basurero.


La zona fue durante años el vertedero de las industrias y talleres de la ciudad. Hoy siguen sin tener agua cerca. La población se desplaza 9 kilómetros para obtener agua de un pozo.

Desde su parroquia el padre Abel ofrece un gran servicio a las comunidades periféri­cas al llevar la gestión de un colegio, un centro de salud, un centro de formación profesional y de un centro que ofrece trabajo a mujeres con la ayuda de la asociación Promaica.


En mi opinión, la Fundación Humanitate está comprometida con el clamor de los más pobres.

La Fundación Humanitate coopera en el proyecto ‘VIDA’, que recoge mi compromiso por mejorar la vida de las personas de los barrios de la periferia de Kandumbu.

El proyecto se compone de cuatro ejes:

    1. La salud de la madre y del niño.
    2. La promoción de la mujer.
    3. La formación profesional de los jóvenes.
    4. La escolarización a todos los niveles.

 

En la búsqueda de las vías para convertir en realidad este compromiso he tenido la suerte de conocer la Fundación Summa Humanitate gracias a una religiosa española, la hermana Haydée, que me presentó a un buen señor, Fernando Meléndez (SUMMAID).

En 2017 comenzó nuestra comunicación a nivel de cooperación para el desarrollo que, por nuestra parte, ha resultado positiva en todos los aspectos. La Fundación, más allá de ayudarnos con documentos para la solicitud de apoyos, nos ha comprendido y ha tenido la voluntad de conocer personalmente nuestra realidad con la visita de su personal. Fruto compartir de la experiencia compartida, se ha generado con los años una gran confianza que facilita el desarrollo de iniciativas a favor de los más vulnerables de Kandumbu, concretamente para la promoción de la educación de los niños y para ayudar a los enfermos. Su cooperación es muy positiva y está abierta a un crecimiento del compromiso en la búsqueda de iniciativas que miran la continuidad del proyecto ‘VIDA’ en cada uno de sus ejes.

 

Padre Manuel y el compromiso de la Fundación Humanitate con los pobres.

¿Cómo ha sido acogida la ayuda por parte de su comunidad?

Con alegría, que es la mayor ex­presión del valor de la acción de Fundación en nuestra comunidad. Tenemos muy presente la visita del personal de la Fundación. Son ya nuestros amigos. Cada iniciativa se comenta así: “Esto viene de los amigos que el padre Abel tiene en España”.

¿Cómo se visibiliza la ayuda re­cibida del proyecto?

La ayuda que hemos recibido por parte de la Fundación Humanitate es muy vis­ible. Hemos podido comprar una tienda que ahora es una escuela para niños con necesidades espe­ciales. Es como una luz con “color de la esperanza”. Además, hemos comprado medicinas que han posibilitado a los más pobres me­dios para seguir con vida.

Esto supone una oportunidad de seguir vivien­do. Estas ayudas apuntan al futu­ro, suponen un cambio en la vida de las familias y de la comunidad entera. Es la oportunidad de llevar al hijo en la escuela; de encontrar atención sanitaria en el centro médico; de trabajar para tener una vida mejor.

Sacerdote Don Manuel Abel Dos Santos

Padre Manuel Abel y el compromiso de la Fundación Humanitate con los más pobres.